Henry Chinaski es un escritor de poesía que realiza cuentos y los envía a revistas literarias, rechazándolo estas constantemente. Su alcoholismo y el pagar un lugar temporal donde pueda alojarse, lo llevan a aceptar todo tipo de trabajos para poder sobrevivir, sin embargo, en ninguno de ellos dura mucho tiempo, ya sea porque lo corren por incumplir con sus labores o él abandona los trabajos directamente. Su alcoholismo va haciéndose cada vez más marcado e influye en ello, su vida está también caracterizada por tener encuentros sexuales con distintas mujeres sin mantener un vínculo emocional o apostar el poco dinero que tiene, aspecto que se complementa con la satisfacción que tiene al escribir. En la película él mismo señala “incluso en los momentos más bajos, siento cómo las palabras bullen dentro de mí y tengo que sacarlas o ser vencido por algo peor que la muerte. Palabras, no como cosas preciosas, sino necesarias.”
El concepto de Antagonismo que plantea Sabrina Spielrein se compone de dos elementos principales, un elemento disgregador que por lo tanto es destructivo y un elemento constructivo que llamó componente de transformación, algo que Freud más adelante bautizaría como sublimación. Podemos inferir que hay una constante lucha en Chinaski entre estos dos elementos: lo destructivo o disgregador que se manifiesta con el consumo excesivo de alcohol y las condiciones precarias en las que vive, así como el abandono de distintas actividades. Y como componente de transformación, podemos notar que para él es escribir, es la forma que encuentra para expresar sus emociones, cómo menciona en su frase “siento que las palabras bullen dentro de mí y tengo que sacarlas o ser vencido por algo peor que la muerte.” Podemos observar la constante lucha en la que se halla durante toda la película.
A pesar de las constantes negativas que recibe de revistas literarias por sus escritos, el fuerte cuestionamiento de su padre a su deseo de ser escritor o las burlas que recibe de personas que conoce en el trabajo, se mantiene firme a la idea de seguir escribiendo, evitando así que la presión social moldee su personalidad o le dicte lo que tiene que hacer. Speilrein menciona que el Yo recibirá energía de la pulsión de autoconservación cuyo objetivo será mantener indemne la individualidad, rechazando todo aquello que pudiera imponerle un cambio no deseado. Así al final de la película, Chinaski recibe la noticia de que uno de sus escritos ha sido seleccionado por una de las revistas literarias y aquello por lo que había luchado tanto se había vuelto realidad.
Kommentare