En estos tiempos de cuarentena y crisis global resulta frecuente el cuestionar y/o señalar a agentes externos a nosotros de los comportamientos adoptados tras la situación, ya sea mediante las redes sociales o a través de la opinión pública. Ejemplificando lo anterior, es común encontrarnos con comentarios como: que el gobierno propio o ajeno no toma las medidas o decisiones adecuadas; que las personas salen de casa y no respetan la cuarentena porque son irresponsables, descuidados o ignorantes; o que en los otros estados o países las cosas están peor o mejor que en donde residimos, por mencionar algunos.
Independientemente de nuestras opiniones hacia lo externo y el que puedan existir casos en que dichos comentarios puedan ser acertados, más que señalar culpables en estos tiempos, supone tiempo de hacernos responsables, principalmente de nosotros mismos y de nuestras familias, con todo lo que implique en nuestra situación particular. Es bien sabido que los efectos de lo ocurrido con el Covid-19, son distintos para cada país, estado o provincia, pero es que el remitirnos a tales escalas resulta inclusive generalizar, tomando en cuenta lo que verdaderamente ocurre. Dentro de una misma colonia habitan distintos tipos de familias con distintos tipos de individuos que la integran, cada uno con circunstancias y necesidades particulares, y si bien se encuentran reguladas bajo un mismo sistema gubernamental que marca algunas pautas, estas pautas por ser generales no benefician del mismo modo a todo el sector de la población, si resaltamos lo anteriormente mencionado.
Las personas que no pueden dejar de trabajar, por ell@s o por su familia, diría que no hay duda de que se están haciendo responsables; l@s que sí pueden parar y no salir durante el tiempo de la cuarentena, para evitar contagios, se están haciendo responsables; quienes su gobierno ya autorizó poner un fin progresivo a la cuarentena y debido a estas mismas características salen o no salen se están haciendo responsables; pero el tratar de englobar a tod@s bajo las mismas condiciones, solo por pertenecer a un mismo sector de población, puede resultar injusto desde cualquier óptica. Ya que resultaría imposible aplicar medidas que beneficien a cada una de las personas que lo conformamos.
La solución respecto a esta reflexión es seguir haciéndonos responsables, no de la opinión de las demás personas, ni de las pautas de nuestros gobernantes para hacer o no hacer, ni de los medios de comunicación, sino de afrontar estos tiempos de crisis de la forma en que nuestras propias circunstancias nos lo permitan: evitar el salir pese a que ya se pueda de manera progresiva en nuestro estado o localidad si no es realmente necesario; o en caso de verdadera necesidad seguir saliendo a trabajar, con todas las medidas sanitarias posibles, pese a que las cosas aún pueden ser complicadas en el lugar donde vivimos.
La realidad es que nadie se puede hacer responsable por nosotr@s de los comportamientos para prevenir el Covid-19 y pese a que hay pautas y señalamientos definidos que nos ayudan a tomar ciertas medidas, realmente depende de cada un@ de nosotr@s el afrontar la situación para nuestro propio beneficio. Si bien nadie puede saber lo que es mejor o peor para nosotr@s mism@s, tampoco podemos juzgar a aquellas personas que desconocemos su situación y que a veces pese a que parece que “no entienden” o “son descuidados”, realmente se están haciendo responsables.
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