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Jeanne Lampl-de Groot: Biografía y teoría.

Actualizado: 11 oct 2020



Biografía


Jeanne-De Groot nació en Schiedam, Holanda, como la tercera de cuatro hijas de una familia rica, educada y socialmente comprometida. Su padre Michael Coenradus Mari de Groot era un empresario y director de una imprenta cooperativa, su madre Henriëtte Dupont se dedicaba a la música y la literatura. En 1914, Jeanne-de Groot comenzó a estudiar medicina en la Universidad de Leiden y recibió su doctorado en Amsterdam en 1921.


En 1922, fue a Viena para hacer un análisis con Sigmund Freud hasta 1925, con un análisis de seguimiento en 1931. Jeanne de Groot se convirtió en una confidente cercana de Freud y a su hija Anna, además era la portadora de uno de sus famosos anillos.


Durante su formación en la Asociación Psicoanalítica de Viena, también completó su formación neurológico-psiquiátrica en la clínica psiquiátrica de Julius Wagner-Jauregg. Siguiendo el consejo de Freud, fue a Berlín en 1925 para completar su formación en el Instituto Psicoanalítico de Berlín (BPI). Ese mismo año se casó con el psicoanalista judeo-austríaco Hans Lampl, que había trabajado como médico en el Policlínico Psicoanalítico de Berlín desde 1922. Sus dos hijas Henriëtte y Edith nacieron en 1926 y 1928.


En 1925, Jeanne Lampl-de Groot se convirtió en miembro de Asociación Psicoanalítica Holandesa durante un año. De 1926 a 1933 fue miembro de la Sociedad Psicoanalítica Alemana y enseñó en el Instituto Psicoanalítico de Berlín. Después de que Hitler llegó al poder, regresó a Viena y fue aceptada en la Asociación Psicoanalítica de Viena, para lo cual trabajó como analista de entrenamiento y control hasta 1938. Después de la anexión de Austria a Alemania, emigró de nuevo con su familia, primero a La Haya y luego a Ámsterdam. Cuando la Asociación Psicoanalítica Holandesa se disolvió después de la ocupación alemana de Holanda en 1941, Jeanne Lampl-de Groot continuó su trabajo en el grupo de trabajo psicoanalítico secreto de Ámsterdam.


Después del final de la Segunda Guerra Mundial, fundó el Instituto Psicoanalítico en Ámsterdam con su esposo y otros colegas en 1946 y organizó el primer encuentro europeo de psicoanalistas después de la Segunda Guerra Mundial al año siguiente. En 1958, murió Hans Lampl en un accidente automovilístico en el que viajaba con Jeanne Lampl-De Groot. Ella misma resultó gravemente herida, pero se recuperó por completo y trabajó como psicoanalista en Ámsterdam hasta que envejeció. Murió el 4 de abril de 1987 en Zwolle, Holanda.


Teoría


Formada por la psicología del yo de Anna Freud y Heinz Hartmann, Jeanne Lampl-de Groot estaba particularmente interesada en el psicoanálisis infantil, el desarrollo de la feminidad y el narcisismo. Lampl-de Groot, realizó observaciones acerca de las relaciones tempranas de la niña con su madre, que Ruth Mack Brunswick identificaría como una fase pre-edípica de radical importancia para el desarrollo de la mujer.


Adolescencia



La dificultad para revivir los procesos de la adolescencia no depende tanto de la intensidad con la que en ella se despliegan los sentimientos y pulsiones, sino más bien de factores ligados al desarrollo del Yo y del Superyó. El Yo del adolescente, aunque parece más fuerte por haber acumulado adquisiciones, se encuentra debilitado en comparación con el Yo infantil. El desprendimiento de los vínculos con los padres hace que ya no pueda contar con el Yo-auxiliar que representaban estos, además de que no lo ponen en un estado de duelo.


De manera semejante sucede con el Superyó. El distanciamiento de los padres obliga al adolescente a no contar sino con su propio Superyó y este, ahora más internalizado, lo hace mucho más responsable de su comportamiento que cuando era niño. Por esta razón, muchos pacientes utilizan el material infantil para defenderse de las vivencias adolescentes, en lugar de enfrentar la vergüenza, la culpa o el sufrimiento narcisista que corresponden a la adolescencia. Pero la renuencia que esto suscita en el paciente no es la única razón de la constitución de las dificultades del tratamiento, a ellas contribuye también la propia reacción del analista ante las manifestaciones del adolescente, mucho más irritantes, dolorosas e insoportables que las de los niños.


La renuncia a los vínculos incestuosos durante la adolescencia acarrea también la renuncia a una parte fundamental del Superyó. Es decir, a aquellas restricciones, normas e ideales asociados a los objetos parentales. Como esa parte del Superyó ya está bastante internalizada, dicha renuncia conlleva el abandono de una parte de sí-mismo, proceso tanto más doloroso que el apartamiento de los objetos de amor.

Al Ideal de Yo, que se distingue del Superyó y cuyo origen se sitúa antes que el de las exigencias internas, Lampl-de Groot le atribuye la función de compensar los sentimientos de impotencia y ser fuente de las primeras satisfacciones narcisistas. En consecuencia, el adolescente, obligado a construir nuevos ideales, no solo debe soportar la pérdida de los objetos de amor, enfrentar el duelo por las restricciones y limitaciones infantiles, sino resistir a la herida causada por el debilitamiento de sus cimientos narcisistas. A partir de esta perturbación fundamental de su economía narcisista, y de las limitantes transitorias que encuentra su Yo para remediarla, se pueden comprender entonces que muchas de sus manifestaciones transferenciales (hostilidad, críticas, reproches), se correlacionan con su convicción arcaica e inconsciente en la omnipotencia del analista o de los padres. De allí que se permita atormentarlos y agredirlos, sin sentirse culpable, porque los cree invulnerables.


Análisis del adolescente


Lampl-de Groot propone apoyarse en las observaciones y reconstrucciones de la adolescencia logradas en las curas de adultos, con el fin de extraer conocimientos útiles para la conducción de la cura psicoanalítica de los adolescentes.


Lampl-de Groot, propone hacer un esfuerzo por superar las propias resistencias frente a las manifestaciones adolescentes de agresividad de los pacientes, si se enfoca atención del analista y la del paciente en los ideales inconscientes de omnipotencia atribuidas a los padres, posteriormente internalizadas, y si se ayuda a los pacientes a sobrellevar las heridas narcisistas y superar el carácter defensivo de su ideal arcaico.


Complejo de Edipo



Considera que el Complejo de Edipo negativo de la niña no siempre declina y que la niña puede quedar ligada a la madre y negar la castración. Entiende el complejo de castración como una formación secundaria, presidido por el complejo de Edipo negativo, análogo al complejo de Edipo positivo del niño. La niña ingresa en la fase fálica y en el complejo de Edipo negativo orientando sus deseos hacia la madre con el anhelo de eliminar al padre, a quien considera como un rival. Experimenta sentimientos de inferioridad cuando percibe la diferencia anatómica de los sexos y reacciona con la suposición de que alguna vez tuvo pene, del que se la privó como castigo por sus deseos prohibidos hacia la madre. El complejo de castración, percibido como un hecho consumado, acaba con el complejo de Edipo negativo y conduce a la niña al complejo de Edipo positivo.


La temprana ligazón libidinal-objetal con su madre se transformará, de esta manera, en una identificación de la niña con ésta, eligiendo al padre como objeto amoroso. Surge en este momento el deseo de un hijo en lugar del deseo de un pene. “Un hijo propio adquiere para la niña un valor narcisista similar al que posee el pene para el varón; pues sólo una mujer, y nunca un hombre, puede tener hijos”. Además, se ve obligada a abandonar la tendencia activa y de conquista, así como la práctica de su onanismo clitoridiano.


Esto es, pasa de activa a pasiva, lo que ahora busca es “dejarse amar” y esto le permite ser completamente femenina. La niña reprime también el onanismo fálico, puesto que éste le recuerda la primera decepción amorosa y el dolor concomitante.


Lampl de Groot señala que es frecuente que se obstaculice la declinación del complejo de Edipo negativo. También puede obstaculizarse por la intensa represión de los deseos sexuales que traería como consecuencia la frigidez o la homosexualidad. “La niña no niega totalmente el hecho de la castración, sino que busca una compensación para su inferioridad física en otro plano que no sea el sexual. Pero al hacerlo presiona el deseo sexual, es decir, queda paralizada desde este punto de vista”.


Lampl-de Groot, afirma que la niña pertenece en la posición edípica negativa (vinculada a la madre) durante un largo periodo. Puede que la niña nunca renuncie completamente a este vínculo y, ciertamente, no llega a disolver su complejo de Edipo de modo tan absoluto como el niño. La diferencia entre hombres y mujeres se basa en la diferencia entre actividad y pasividad.


Referencias

Biografía


Psychoanalytikerinnen in Frankreich. Psychoanalytikerinnen. Biografisches Lexikon, Recuperado de https://www.psychoanalytikerinnen.de/niederlande_biografien.html#Lampl


Teoría


Fernández, M. (2015). Adolescencia, recorridos y contextos. Fondo Editorial FCSH: Colombia.


Flax, J. (1995). Psicoanálisis y feminismo. Pensamientos fragmentarios. Editorial Cátedra: Madrid.


González, M. (1998). Feminidad y masculinidad. Biblioteca Nueva: México.


Neu, G. (1996). Guía de Freud. Cambrige University Press: EEUU.


Sánchez, J. (2018). El debate sobre la sexualidad femenina, ¿la?. X Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología XXV Jornadas de Investigación XIV Encuentro de Investigadores en Psicología del MERCOSUR. Facultad de Psicología - Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires.

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