Biografía
Nació el 17 de enero de 1898 en la ciudad industrial de Lodz, Polonia. Procedía de una familia judía polaca que emigra a Zurich y luego a Berlín. Su padre provenía de una familia muy pobre, pero había conseguido una posición económica sólida como comerciante en textiles. Sus padres venían originalmente de las provincias bálticas, así que en la familia hablaban alemán, incluso cuando se establecieron en Moscú, de donde tuvieron que irse cuando las nuevas leyes obligaban a los judíos a bautizarse para permanecer en Rusia. Su familia no lo aceptó, por lo que sus padres y hermanos se debieron desplazar a Polonia, a finales del siglo XIX; en cambio, sus tíos y primos permanecieron en Rusia.
Cuando estalló la Primera Guerra Mundial y los alemanes invadieron Polonia, la familia quedó en bancarrota pues ya no pudo acceder al dinero que tenían en Rusia, donde habían regresado a vivir algunos de sus hermanos. Su padre le insiste en que vaya a Moscú a estudiar medicina, Rudolf no quiere lo que su padre le pide, tampoco permanecer en Polonia pues sentía gran resentimiento por el antisemitismo reinante.
Estudió medicina y neurología en Zurich, Loewenstein se analizó en Berlín con Hans Sachs. Se convirtió en miembro de la Sociedad Psicoanalítica Alemana en 1925. El mismo año comenzó a trabajar como analista didacta en París, donde entrenó a un gran número de candidatos a analistas, incluyendo a Jacques Lacan. En 1926, fundó la primera Sociedad Psicoanalítica Francesa (Société Psychanalytique de Paris) junto con otros ocho psicoanalistas, entre los que se contaban René Laforgue, Marie Bonaparte, Raymond de Saussure y Angelo Hesnard. Rudolf Loewenstein contaba no sólo con el apoyo resuelto de Marie Bonaparte, quien fue muy rápidamente su amante, sino, sobre todo, y de manera muy sólida, tenía el aval de Freud, con quien se escribía a menudo, al punto que sus colegas franceses lo llamaban “el ojo de Moscú”, y desconfiaban de él.
En 1930, se convierte en ciudadano francés y recomienza sus estudios defendiendo su tesis de doctorado de medicina, en 1935. En 1939, fue convocado como médico por el ejército francés, en ese año huye a Suiza. Allí se encuentra con Heinz Hartmann, el psicoanalista alemán, quien estudiaba medicina y que le habló por primera vez de psicoanálisis. Lo que escuchó lo fascinó, pero no logró convencer a su espíritu científico.
Tras la amnistía emigró a los EEUU y se instaló en Nueva York. Loewenstein, será responsable de formación y luego presidente entre 1959-1961 de la Sociedad Psicoanalítica de Nueva York. Después de haber ejercido la presidencia en la Asociación Psicoanalítica Americana entre 1957-1958, su influencia se hace notar en la difusión de la mueva Psicología del Yo, al igual que en la producción de obras sobre antisemitismo. Desde allí consiguió una distinguida carrera institucional en la Asociación Psicoanalítica Internacional, de la cual fue presidente entre 1965 y 1967.
Entre sus obras se destacan: El Origen del masoquismo y la teoría de las pulsiones (1938); Psicoanálisis del antisemitismo (1952); junto con Heinz Hartmann y Ernst Kris: Notas sobre la teoría de la agresión (1949).
Muere el 14 de abril de 1976 en Nueva York.
Teoría
Loewenstein postula que las perversiones masoquistas son la repetición de situaciones infantiles y escenas en que las fantasías eróticas, los juegos sexuales, el acercamiento sexual al objeto prohibido (especialmente la madre), encontraron el rechazo o la desaprobación unido a la amenaza, el castigo o el ridículo, reales o imaginarios.
El psicoanálisis y la teoría de la constitución
La constitución es un conjunto de caracteres inherentes al individuo, indisolublemente ligados con él. Habitualmente las constituciones son consideradas como habiendo sido transmitidas hereditariamente, cualquiera que sea el momento de su aparición en el individuo; y los caracteres transmitidos son considerados como siendo de orden somático.
No se podría insistir jamás lo suficiente acerca de los roles de los factores accidentales de la primera infancia. Las particularidades psicológicas de un individuo que parecen constitucionales no son, en realidad, sino los resultados de eventos o de situaciones de la primera infancia.
De un mecanismo autopunitivo
Para Loewenstein la autopunición, es una forma de realización del deseo sexual. El valor de la imagen ideal está dado por el deseo y su realización. El deseo realizado lo que le da valor a tal o cual imagen para el sujeto: se constituye en ideal quien realiza el deseo. Y la identificación se produce por una relación especular, pero ese reflejo tiene el costo de invertir el sentido de la relación.
La técnica de la que se ha servido el inconsciente en la elaboración de ese sueño se encuentra muy frecuentemente, aunque el sueño que acabamos de analizar parezca ser un ejemplo de una ejecución particularmente elegante. Esos sueños realizan las metas de dos tendencias opuestas por la misma imagen, de tal suerte que una de esas tendencias es como la consecuencia lógica de la otra.
Loewenstein establece porqué el sujeto se ve a sí mismo, como en un espejo, pero con el rostro de su padre. Es que, gracias a la imagen en el espejo, se autocastiga y a la vez cumple su deseo. La imagen en el espejo es efecto del cumplimiento de su deseo sexual inconsciente y, a la vez, el fundamento del narcisismo secundario, de la identificación con esa imagen ideal.
Referencias
Biografía
Ávila, E., Rojí, B. & Saúl L. (). Introducción a los tratamientos psicodinámicos. UNED: Madrid.
Roudinesco, E. (1999). La batalla de los cien años: historia del psicoanálisis en Francia. Vol. I. Editorial Fundamentos: España.
Teoría
Hernández, M. (2019). Löwenstein y de cómo Lacan empezó su análisis. Revista de psicoanálisis con niños. Recuperado de https://www.fort-da.org/
Loewenstein, R. (1958). Contribución a la Teoría Psicoanalítica del Masoquismo. Revista de psicoanálisis.
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