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Un caso de neurosis obsesiva y Otto Fenichel.



Sánchez Hita, Inmaculada comparte un caso clínico que relata N. McWilliams sobre la neurosis Obsesivo- Compulsiva:


“Hace treinta y cinco años, traté a un hombre con compulsiones y obsesiones graves. Hoy probablemente le hubiera mandado de manera simultánea a terapia de exposición y posiblemente medicación; en ese tiempo esos tratamientos no se habían desarrollado. Era un estudiante de ingeniería hindú, perdido y con añoranza de su hogar en un ambiente extraño. En India, el respeto a la autoridad es un principio muy reforzado, y en ingeniería la compulsividad es apropiada y recompensada. Pero incluso para los estandares de estos grupos obsesivo-compulsivos de referencia sus rumiaciones y rituales eran excesivos, y me pedía que le indicara cómo acabar con ellos. Cuando traté de comprender los sentimientos que había detrás de sus preocupaciones, se sintió visiblemente consternado. Le sugerí que probablemente se sintiera decepcionado de que mi enfoque no permitiera una solución rápida y autoritaria. “¡Oh, no!” insistió, él estaba seguro de que yo sabía qué era lo mejor, y sólo tuvo reacciones positivas hacia mí. La semana siguiente vino a pedirme que le demostrara cual era la base científica de la psicoterapia. “¿Es una ciencia exacta como la física o la química?” quería saber. No, le repliqué no es tan exacta, y de alguna manera es un arte. “Ya veo”, frunciendo el ceño. Entonces le pregunté si era un problema para él que no hubiera mas seguridad científica en mi disciplina. “Oh, no” insistió mirando distraídamente sobre los documentos desordenados en mi mesa de despacho. ¿Le molesta el desorden? “Oh, no” De hecho, añadió que es probablemente una señal de la creatividad de mi mente. Pasó la tercera sesión dándome información sobre cómo de diferentes son las cosas en la India, preguntándose cómo sería el trabajo de un psiquiatra con él en su país. ¿Realmente quería que yo tuviera más información sobre su cultura, o ser visto por un terapeuta Indio? “Oh, no” Él estaba muy satisfecho conmigo.


Al llegar a la octava sesión y última, había conseguido mediante pequeñas burlas, que se permitiera cierto nivel de irritación hacia mí y mi terapia (sin enfado, sin intensidad, sólo ligera irritación que él cuidadosamente utilizó). Pensé que el tratamiento había sido un fracaso, aunque no tenía más expectativas en sólo ocho sesiones. Pero dos años más tarde volvió para decirme que había pensado mucho sobre los sentimientos desde que estuvo en tratamiento conmigo, particularmente sobre la angustia y la tristeza de estar tan lejos de su patria. Al haber aflorado esos sentimientos, sus obsesiones y compulsiones amainaron. De una manera típica de las personas de este grupo clínico, había encontrado una manera de sentir que mantenía el control al bandear insights que habían aflorado en la terapia, y esta autonomía subjetiva estaba manteniendo su autoestima”.


Otto Fenichel refiere que en todos los síntomas neuróticos sucede algo que el paciente percibe como extraño e ininteligible. Este algo puede consistir en movimientos involuntarios, en alguna otra clase de cambios en las funciones corporales y en diversas sensaciones, como sucede en la histeria; o en una emoción y un estado de ánimo abrumadores e injustificados, como en los accesos de angustia o en las depresiones; o bien se trata de extraños impulsos o pensamientos, como en las compulsiones y obsesiones. Afirma que en el caso particular de la neurosis obsesiva, el yo de pronto se encuentra con un mandato que parece provenir de una fuerza poderosa que, sin duda, tiene relación con las experiencias infantiles, de cuando el niño recibía órdenes, especialmente del padre. Así, el superyó puede desarrollar intensas formaciones que pueden aparecer como una moralidad recalcitrante, una excesiva compasión o una gran preocupación por la limpieza y la higiene. Para Fernichel la regresión al estadio sádico-anal y el carácter severo del superyó resultan decisivos en la neurosis obsesiva.


Otto Fenichel, en su libro Teoría Psicoanalítica de las neurosis, se basa en estos postulados freudianos para hablar de obsesión y compulsión como un conciso del cuadro y haciendo su digresión. La compulsión queda como la motilidad de la cual el yo no gobierna, como una que se impone como mandato interno, denominado como superyó. Siendo lo realizado compulsivamente, como una rutina, apegado a un plan preestablecido intentando suprimir los impulsos censurables. Retoma de Freud los rasgos del carácter anal y amplía poco más sobre su aparición en relación al aprendizaje de hábitos higiénicos y control de las “exigencias instintivas”. En relación a los mecanismos de defensa en esta neurosis, Freud plantea el uso de la anulación retroactiva, el aislamiento y la formación reactiva. Anna Freud, en su libro El yo y los mecanismos de defensa de 1961, propone la regresión, la modificación reactiva del yo (formación reactiva), la anulación y el aislamiento.


Referencias

Fenichel, Otto. (2003). Teoría psicoanalítica de las neurosis. Carlisky (Trad.) México: Paidós. (Trabajo original publicado en 1966).


Fenichel, Otto (1945, 2009). Teoría psicoanalítica de las neurosis. México, Paidós.


Inmaculada, S.H. (2014) La personalidad Obsesivo- Compulsiva (McWilliams, N. Diagnóstico Psicoanalítico. Comprendiendo la estructura de personalidad en el proceso clínico). Aperturas psicoanalíticas .Revista internacional de psicoanálisis. Número 047. Recuperado de: http://www.aperturas.org/articulo.php?articulo=0000853



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