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Vera Schmidt: Biografía y Teoría.

Biografía



Vera Fjdorovna Schmidt nació en Starokostjantyniw, Ucrania, y provenía de una familia de médicos. Su padre, Fedor Feodosevich Yanitski, era médico militar, su madre, Elisaveta Yanitskaja, fue una de las primeras médicas de Rusia. Vera vivió en San Petersburgo hasta 1912, donde asistió a cursos de educación superior para mujeres. De 1913 a 1916, estudió pedagogía en Kiev y trabajó después de la Revolución de octubre de 1918 a 1920 en el sistema escolar del Comisariado del Pueblo para la Ilustración en Moscú. Desde 1913, estuvo casada con el político, matemático y geofísico Otto Juljewitsch Schmidt (1891-1956), quien formó parte del comité fundador de la Asociación Psicoanalítica Rusa y, entre otras cosas, fue jefe de la editorial estatal soviética y editor de la Biblioteca Psicológica y Psicoanalítica.


En 1921, Vera Schmidt abrió el laboratorio psicoanalítico del hogar infantil en Moscú, que dirigió hasta 1925. En esta institución, los niños de dos a cuatro años fueron educados según principios marxistas y psicoanalíticos. Los padres eran en su mayoría funcionarios del partido, se dice que estuvo allí un hijo de Stalin, así como Vladimir, hijo de Vera Schmidt, nacido en 1920. El objetivo de la educación en el laboratorio del hogar de los niños era la sublimación sin coacción. A los niños se les permitió satisfacer su curiosidad sexual, el castigo y las prohibiciones fueron mal vistas.


El concepto de educación de Vera Schmidt se hizo conocido mucho más allá de la Unión Soviética; todavía inspiró el movimiento anti-autoritario de tiendas para niños en Alemania después de 1968. En 1923 Vera Schmidt viajó con su esposo a Berlín y Viena para informar a Karl Abraham y Sigmund Freud sobre el trabajo del hogar de niños y pedir apoyo para su proyecto. En ese momento, sus ideas fueron recibidas en parte con interés principalmente por Wilhelm Reich y Anna Freud, en parte escépticas e incluso hostiles especialmente por la dirección de la API y Ernest Jones. El laboratorio psicoanalítico del hogar infantil en Moscú fue clausurado en 1925, dada la feroz campaña de descrédito que se generó acerca de su labor socioeducativa, al extenderse el rumor de que en tal centro se realizaban experimentos sexuales con los pupilos, lo que no respondía a la realidad.


Vera Schmidt había sido miembro de la Asociación Psicoanalítica Rusa desde 1922 y secretaria de la asociación desde 1927 hasta 1930. En la década de 1920, completó un título de médico, desde 1927 tenía un doctorado. De 1925 a 1929, trabajó en el Instituto de Funciones Nerviosas Superiores de la Academia Comunista de Moscú. Después de la disolución de la Asociación Psicoanalítica Rusa en 1930, trabajó como asistente de investigación para Lev Vygotsky en el Instituto de Defectología Experimental de la Academia de Ciencias Pedagógicas de la URSS. Murió de un tumor de tiroides a la edad de 48 años.

Teoría


Vera Schmidt fue una pionera no reconocida en la historia del psicoanálisis, olvidando sus estudios sobre la articulación entre marxismo y psicoanálisis, antecediendo a Wilhelm Reich y al resto de la izquierda freudiana, así como en el trabajo psicoanalítico con los movimientos sociales.


El laboratorio-hogar de la infancia de Moscú



Su objetivo era facilitar a los niños posibilidades de sublimación adecuadas a cada fase de su desarrollo. Será a través de posibilitar al niño la elección que se podrá fundamentar una verdadera autonomía del Yo.


La metodología utilizada era fundamentalmente observaciones, permitiendo a los niños la plena libertad de acción, recurriéndose en ocasiones puntuales a intervenciones de los adultos. Otra característica del Hogar de infancia era el amor y trato individualizado a cada uno de los niños, para lo cual cada grupo se constituía según la edad de sus miembros. La labor desarrollada en el centro se centraba en la observación del comportamiento de los niños, prestando especial atención al juego, lenguaje e inclinaciones sexuales.


En esta institución, la relación del niño con el educador se asentaba en la confianza mutua, situación que se daba también entre el niño y sus pares. En consecuencia, no se permitía a los educadores aplicar ningún castigo, no podían hablar a los niños con un tono severo, ni emitir juicios (favorables o desfavorables).


Si bien las manifestaciones de la sexualidad infantil, no eran censuradas ni reprimidas, no obstante, los educadores trataban de desviar la energía sexual hacia formas programadas de sublimación: manipular arcilla, arena, agua, no imponer restricciones en sus expresiones motrices, alentar todo tipo de tareas creativas, etc.

El concepto de inconsciente y la idea de que los niños pequeños están más dominados por su inconsciente que los adultos, en consecuencia, el desarrollo de su personalidad consciente era un proceso lento y progresivo.


Esta orientación teórica, determinó que los educadores no pudieran prescindir del reconocimiento de las manifestaciones conscientes e inconscientes de los infantes y permitía a los maestros, contribuir a que el niño fuera logrando el progresivo control de sus pulsiones. Para ello se tenía en cuenta, en concordancia con la teoría freudiana, los dos principios que rigen el psiquismo: el principio de placer y el principio de realidad. En ese sentido, las acciones pedagógicas que se implementaran debían contemplar el hecho de que el niño de corta edad está completamente dominado por el principio del placer, y no tenía en cuenta las exigencias de la realidad. Para facilitar la aceptación del niño a la realidad, consideraban necesario que el mundo no se presentara ante sus ojos como desagradable u hostil.


Otro principio que se tuvo en cuenta para la implementación de algunas estrategias pedagógicas, estaba asentado en el reconocimiento y aceptación de la sexualidad infantil.

Su aplicación práctica se manifestaba en la total ausencia de censura por cualquier actividad relacionada con una expresión de la misma. En consecuencia, se le permitía toda operación relacionada con la satisfacción de las pulsiones parciales, tales como chupar el dedo; interesarse, etc.


- Schmidt afirma cómo los niños que asocian la vergüenza a las funciones excretorias desarrollan ulteriormente trastornos genitales.


Masturbación


Schmidt distingue dos tipos de masturbación, la originada por sensaciones internas (masturbación fisiológica) y la que procede de las circunstancias externas de carácter negativo (alteraciones somáticas, necesidad de amor, etc.), siendo esta última las que el educador no debe reprimir, pues no es dañina en sí misma, sino que debe averiguar las causas que la desencadenan y tras lo que, con las oportunas reorientaciones, cesará.

En “La importancia de los actos de mamar y chuparse el dedo para el desarrollo psíquico del niño”, Schmidt describe pormenorizadamente la evolución de tales conductas y su influencia desde el nacimiento hasta los tres años de edad. Los actos de mamar y chuparse el dedo son completamente naturales y potenciadores de las facultades intelectuales del niño en sus primeros meses de vida, al servirles como instrumentos de conocimiento de su propio cuerpo y del ambiente, siendo necesario para que las citadas conductas sigan su curso evolutivo normal crear un ambiente educativo adecuado.


En “el desarrollo del instinto de saber en un niño” Schmidt muestra las conexiones existentes entre la pulsión epistemológica, es decir la aprehensión de los objetos a través del conocimiento, y la sexualidad infantil. Schmidt, menciona que los padres deben responder de manera franca y veraz los cuestionamientos de los niños a cerca del cuerpo y sus funciones, ya que así se evitarán el recelo y la desconfianza.

Funciones básicas para la educación infantil


- La progresiva adaptación de las exigencias de la realidad. La incorporación a la sociedad le supone al niño ir aceptando paulatinamente una “realidad cultural” que puede ser contraria a sus intereses instintivos. Aprender a esperar, a respetar los objetos de los compañeros o tener que compartir la atención del educador con otros niños son consecuencia de la realidad que vive el niño y a las que tiene que adaptarse progresivamente.


- El control de los procesos de excreción.


- La preparación e inicio de la sublimación de las tendencias instintivas infantiles. En una educación autoritaria, las prohibiciones pueden tener serias consecuencias en la personalidad del niño, si no entiende el sentido de dichas prohibiciones. Conviene, por lo tanto, ofrecer posibilidades al niño de satisfacer sus deseos sustituyendo lo que no puede realizar o conseguir por algo que sí sea aceptable.


Bibliografía


Biografía


Psychoanalytikerinnen in Frankreich. Psychoanalytikerinnen. Biografisches Lexikon, Recuperado de https://www.psychoanalytikerinnen.de/russland_biografien.html#Schmidt


Roudinesco, E. (1993). La batalla de los cien años. Vol. II. Historia del psicoanálisis en Francia. Editorial Fundamentos: España.


Teoría


Balbuena Rivera, Francisco, & Sánchez-Barranco Ruiz, Antonio. (1996). Vera Schmidt y Alexander S. Neill: Pioneros de la psicología de la educación infantil en el marco de la doctrina Reichiana. Revista de historia de la psicología, 155-160. Recupero de http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0211-57352004000200010&lng=es&tlng=es.


Falcón, M. (s.f.). Vera Schmidt: Un intento de educación psicoanalítica en la Unión Soviética. Topia: Un sitio de psicoanálisis, sociedad y cultura. Recuperado de https://www.topia.com.ar/articulos/vera-schmidt-un-intento-de-educaci%C3%B3n-psicoanal%C3%ADtica-en-la-uni%C3%B3n-sovi%C3%A9tica


Planella, J. (1998). Ser educador. Entre pedagogía y nomadismo. Editorial UOC: Barcelona

Requena, M. & Sáinz, P. (2009). Didáctica de la educación infantil. Editex: España.

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